Las células de carga se fabrican en función del tipo de carga a soportar y de la forma en que se coloca la célula para medirla. En función de esto se podrían considerar tres grupos principales de células, que serían: de compresión, tensión o flexión.
Basándose en esta variedad, en la industria se crean diferentes formatos de células, que casi siempre se utilizan para las mismas aplicaciones:
Monocélulas o también llamadas monoplato o de plataforma. Se suelen utilizar en plataformas de hasta 800X800 mm con un único sensor central. También se utilizan en controladoras dinámicas y sistemas de llenado o multicabezales.
Suelen estar fabricadas en aluminio y para cargas no muy altas, que pueden ir desde los 0.6 kg hasta los 600 kg
De Flexión o de viga, que son las que se utilizan en plataformas de 4 células o en pequeños silos. Tienen buena capacidad para trabajar en conjunto en sistemas de pesaje y se suelen fabricar en acero inoxidable y con alto grado de protección de estanqueidad.
De Tracción o tipo «S», que normalmente se pueden utilizar tanto a tracción como compresión. Se suelen usar en sistemas de pesaje suspendido como ganchos pesadores o dinamómetros, y sus capacidades pueden ir desde los 15 kg hasta los 10000 kg.
De Compresión y doble cizalladura, que se suelen usar para el pesaje de grandes cargas como silos de almacenaje o básculas puente. Están diseñadas para colocarse debajo del elemento a medir midiendo una fuerza de compresión ejercida en un único eje. Suelen ser bastante compactas y de gran precisión.